Entrevistas y artículos

MATERNIDAD Y TRABAJO

Maternidad y trabajo, todo un tema!! A continuación, las palabras de Laura Gutman, para reflexionar!!

"A la mayoría de las mujeres nos resulta muy arduo lidiar con la continuidad de nuestro trabajo y con la crianza de los niños al mismo tiempo. No es que esto sea imposible, es que depende de dónde hemos desplegado nuestra identidad antes de arribar a la maternidad. Trataré de explicarlo.

Hoy en día las mujeres hemos conquistado las calles. La era industrial y la entrada al Siglo XX, nos han abierto las puertas para acceder al mundo del trabajo, las universidades, las profesiones, el dinero, la política, el deporte y el pensamiento independiente. Tal vez las mujeres más jóvenes lo sientan como algo natural, pero las más maduras sabemos que es un merecimiento histórico tardío. La realidad es que las mujeres hemos sido obligadas a desarrollar aspectos emocionales, vinculares y de comunicación más acordes a la energía masculina, para adueñarnos de un lugar en el mundo externo. Y lo hacemos cada vez mejor. Así, a lo largo de las últimas dos o tres generaciones, las mujeres hemos sido finalmente miradas, reconocidas y apreciadas en ese lugar bien visible: el trabajo o el ámbito social. A partir de allí sentimos que comenzamos a existir. No es poca cosa.

Simultáneamente, bien lejos de esas sensaciones cargadas de adrenalina, cigarrillos y café, subsiste cada tanto ese misterioso deseo de engendrar hijos. A veces de un modo tan inconciente que el embarazo aparece sin haberlo llamado a nuestra vida. Pero un día allí está. Puede convertirse en un instante mágico que nos potencia y nos hace florecer. Nos ilusionamos con ofrecer al futuro hijo todo lo que no hemos recibido en nuestra infancia. En el mejor de los casos nos preparamos. Damos a luz. Y de un día para el otro nuestra vida da un vuelco, a veces de un modo no tan dichoso como habíamos imaginado. El niño nos sumerge en un mar de tinieblas, nos arroja al destierro lejos del mundo donde suceden las cosas interesantes, perdemos el tren de lo que habíamos asumido que era la verdadera vida. Desaparece el mundo social, el tiempo, las conversaciones entre adultos, el dinero, la autonomía, la libertad, en fin, desaparecemos como individuos valorados por los demás. Justamente, sentimos que dejamos de existir.

Allí aparece una enorme contradicción interna sin que tengamos verdadera conciencia de ello. Amamos a nuestros bebes pero deseamos escapar del infierno. Queremos criarlos con amor pero necesitamos desesperadamente volver a ser nosotras mismas.
Nuestro “yo” se perdió entre los pañales.

El malentendido que compartimos las mujeres modernas es creer que nuestro “yo” está sólo en el trabajo. A decir verdad, una parte de nuestro ser efectivamente se ha desarrollado allí. Pero otra parte de nuestro ser interior está escondido y permanece irreconocible para nosotras mismas. No lo hemos alimentado y tampoco lo hemos entrenado para convivir con nuestras otras partes tan codiciadas y aplaudidas. Por eso, esa porción de “yo” está desencajada. No hay público que la valore ni que la admire. A veces ni siquiera hay quien la tolere.

Ese es uno de los motivos por los cuales -más allá de las necesidades económicas o los compromisos laborales asumidos antes del nacimiento del niño- regresaremos al trabajo velozmente bajo todo tipo de pretextos que serán avalados por toda persona responsable y seria. El trabajo nos salva. Nos devuelve la identidad perdida. Nos coloca en un estante visible y ordenado a la vista de todo el mundo. “Somos” empleadas, secretarias, abogadas, redactoras, cuidadoras, médicas, ingenieras, bailarinas o cocineras. Poco importa. El hecho es que “somos” algo que tiene nombre y lugar para coexistir en la sociedad.

Ahora bien, el niño ha quedado en muchos casos, insatisfecho. No tanto por las horas que las madres estamos ausentes. Si no a causa de la carga de identidad, valoración y deseo que las madres ponemos cada día en ese “afuera” salvador y dador de identidad. Está claro que “afuera” logramos “volver a ser” y “adentro” con el niño en brazos y solas, nos tornamos invisibles.

Por eso solemos creer que la maternidad y el trabajo son incompatibles en cierto sentido. O mejor dicho, creemos que si esperamos ser excelentes madres, será a costa del trabajo donde perderemos beneficios y crecimiento a causa del tiempo que nos insume la dedicación al niño. Y si queremos ser excelentes trabajadoras, dedicadas y con la energía dirigida al ámbito laboral será a costa de un vínculo más pobre con el niño pequeño o bien delegando su crianza en otras personas.

Es una encrucijada que compartimos hoy en día las mujeres que tenemos niños pequeños. El desafío está en la capacidad de construir una profunda conexión emocional con el niño y con la totalidad de nuestro “yo interior”, teniendo en claro que la identidad tendremos que reformularla en base a nuestros recursos emocionales. Es de adentro hacia afuera. En ese caso, tal vez sea posible seguir trabajando, si es nuestro deseo o nuestra necesidad, sin que el niño tenga que pagar los precios del abandono emocional. La diferencia reside en utilizar el trabajo como refugio o salvación ante nuestra discapacidad para entrar en relación afectiva con los hijos, o bien en desplegar nuestra nueva identidad de madres en la invisibilidad de la vida cotidiana con los niños pequeños sin lastimar el vínculo con ellos, trabajemos o no.

Concretamente, no es el trabajo en sí mismo lo que nos impide ahondar en la relación afectiva con nuestros hijos, sino nuestra capacidad o discapacidad emocional"

LAURA GUTMAN.



COMO NACEMOS NOS AFECTA TODA LA VIDA (M.ODENT)

Entrevista a Michel Odent (desde www.pangea.org)

Tengo 75 años. Nací cerca de París y vivo en Londres. Estoy casado y tengo dos hijos y dos nietos. Soy cirujano, pero me convertí en experto en partos. En el mundo falta la energía del amor y ésa se adquiere al nacer: debemos dejar de perturbar ese proceso. Hay una realidad espacio-tiempo, y una dimensión más allá en la que a veces creo.
Fui uno de los primeros cirujanos en realizar cesáreas. En aquella época los ginecólogos no tenían formación quirúrgica. Cuando hice el servicio militar, en Argelia, realizaba toda la cirugía de urgencia incluidas las cesáreas. Y así fue como me interesé en cómo las mujeres dan a luz.
Luego convirtió un hospital público en salita de estar.
En 1962 me nombraron cirujano jefe del hospital público de Pithiviers. Allí había una pequeña maternidad con dos comadronas que me llamaban ante los casos difíciles. Juntos nos fuimos haciendo muchas preguntas.
Eso es muy creativo.
Me di cuenta de que las mujeres estaban muy inhibidas cuando llegaban al hospital para dar a luz.Yeso entorpece el parto. Poco a poco fuimos llevando el hogar al hospital. Convertimos una sala de partos en un saloncito de casa, sin equipos médicos visibles.
También puso piano y piscina.
Sí, una piscina hinchable de jardín que utilizaba para sustituir a los medicamentos cuando el parto era largo y difícil.

¿...?

En general, lo que hace que los partos sean difíciles es la secreción de adrenalina a causa del estrés o el frío. La oxitocina, la hormona básica del parto, es incompatible con la adrenalina. Cuando la mujer se sumerge en el agua a la temperatura del cuerpo se relaja, lo que significa que baja la adrenalina. Sucedió que algunas mujeres no tenían tiempo de salir del agua y parían en la piscina.

¿No le gustan los medicamentos?

Todas las hembras de mamíferos están programadas para segregar un auténtico cóctel de hormonas del amor cuando traen al mundo a sus bebés y los medicamentos sustituyen ese cóctel. Las hormonas implicadas en el parto, en particular la oxitocina, no son únicamente útiles par contraer el útero, tie-nen efectos respecto al comportamiento de la madre y el desarrollo del bebé.

Cuénteme.

-Si, por ejemplo, una cabra da a luz con epidural -lo que perturba el equilibrio hormonal- abandona a su cría cuando nace. En el caso de los humanos no es tan grave porque la cultura influye, pero ¿cuál es el futuro de una generación nacida bajo los efectos de la epidural? o ¿cuál es el futuro de una generación nacida por cesárea?

¿Y?

La mayoría de las mujeres dan a luz sin haber segregado ese cóctel de hormonas del amor. En China, India o Brasil los niveles de cesárea están por encima del 50% y esos países representan la mitad de la humanidad. Entre las mujeres que dan a luz por las vías bajas la mayoría no llegan a segregar sus propias hormonas porque les dan medicamentos que bloquean dicha secreción. Esta situación no tiene precedentes en la historia de la humanidad.

¿Cuáles son los problemas de las parturientas sin cóctel de amor?

Cualquier persona experimentada le dirá que una de las consecuencias de los partos provocados es la mayor dificultad en el inicio de la lactancia. La madre tendrá también más dificultades en crear el vínculo con el recién nacido.

También segregamos oxitocina cuando nos enamoramos.

Sea cual sea la faceta del amor, está implicada la oxitocina. Pero el nivel más elevado de secreción que una mujer es capaz de producir en su vida es justo después del nacimiento de su bebé. Es importante comprender que la sexualidad es un todo: en el acoplamiento sexual, el parto, la lactancia, están implicadas las mismas hormonas. Si perturbamos de manera habitual un episodio de la vida sexual estamos influyendo sobre el resto de nuestra vida sexual. Hay algo curioso...

...

Los antropólogos confirman que, en las culturas en las que la sexualidad está fuertemente reprimida, la mujer da a luz con dificultad. En el momento del parto se da una redistribución de los receptores hormonales cerebrales tanto en la madre como en el bebé: son periodos críticos que hay que aprender a respetar.

Usted ha fundado un centro para estudiar ese periodo crítico y sus consecuencias en la salud en la vida posterior.

Sí, lo que llamamos el periodo primario, que incluye la vida fetal hasta el año. Todos los estudios demuestran la gran correlación que existe entre lo que ocurre en el periodo primario y las enfermedades de adulto. Sobre todo afecta al ámbito de la sociabilidad.

¿La agresividad?

Sí. Dicho de otra manera, afecta a la capacidad de amar, tanto a los demás como a uno mismo. La salud en gran manera se determina durante la vida fetal. La manera como nacemos tiene efectos para toda la vida.

¿Qué más ha descubierto?

La importancia del entorno material y humano cuando una mujer da a luz. La importancia del silencio, la penumbra y la necesidad de sentirse segura sin sentirse observada. Una hembra ante un depredador segrega adrenalina y no puede parir.

En África las mujeres siguen pariendo en cuclillas y sus hijos no son más amorosos.

Las africanas son precisamente las que perturban más la fisiología del nacimiento. Muchas creencias dificultan los partos, sobre todo la fase que va del nacimiento del bebé a la expulsión de la placenta, que es la fase en la que la mujer libera la mayor cantidad de oxitocina. La oxitocina es también la hormona necesaria para expulsar la placenta sin pérdida de sangre. Si se respetara el proceso se evitarían miles de muertes por hemorragia.

Michel Odent, cirujano y obstetra


"AQUELLO QUE DECIMOS..."


Quiero compartir con ustedes este bellísimo artículo escrito por Laura Gutman, vale la pena leerlo!!

"Los niños creen en los padres. Cuando les decimos una y otra vez que son encantadores, que son los príncipes o princesas de la casa, que son guapos, listos, inteligentes y divertidos, se convierten en eso que nosotros decimos que son. Por el contrario, cuando les decimos que son tontos, mentirosos, malos, egoístas o distraídos, obviamente, responden a los mandatos y actúan como tales. Aquello que los padres -o quienes nos ocupamos de criar- decimos, se constituye en lo más sólido de la identidad del niño.Los niños no tienen más virtudes unos que otros. Ahora bien, el niño no suficientemente mirado, mimado, apalabrado y tomado en cuenta por sus padres, dará mayor crédito a sus discapacidades. Y sufrirá. En cambio el niño mirado y admirado por sus padres, amado a través de los actos cariñosos cotidianos, contará con una seguridad en sí mismo que le permitirá erigirse sobre sus mejores virtudes y al mismo tiempo reírse de sus dificultades.Si nos damos cuenta que nuestros hijos sufren, si tienen la auto estima baja, si tienen vergüenza, si se creen malos deportistas, malos alumnos, o que no están a la altura de las circunstancias, si les cuesta hablar, relacionarse, jugar con otros, si suponen que son lentos, o si son víctimas de las burlas de sus compañeros; nos corresponde accionar a favor de ellos, ya mismo. Lo peor que podríamos hacer es exigirles que asuman solos sus problemas. Podemos nombrar aquellas virtudes, recursos o habilidades que el niño sí dispone como individuo. Por ejemplo, que es un niño que siempre dice la verdad. Que nunca traicionaría a un amigo. Que es incapaz de lastimar a otro. Que observa y comprende a los que sufren. Que es generoso y tolerante. Decirles a los niños que son hermosos, amados, bienvenidos, adorados, nobles, bellos, que son la luz de nuestros ojos y la alegría de nuestro corazón; genera hijos seguros, felices y bien dispuestos. Es posible que las palabras bonitas no aparezcan en nuestro vocabulario, porque jamás las hemos escuchado en nuestra infancia. En ese caso, nos toca aprenderlas. Si hacemos ese trabajo ahora, nuestros hijos -al devenir padres- no tendrán que asumir esta lección. Porque surgirán de sus entrañas con total naturalidad, las palabras más bellas y las frases más gratificantes hacia sus hijos. Y esas cadenas de palabras amorosas se perpetuarán por generaciones y generaciones, sin que nuestros nietos y bisnietos reparen en ellas, porque harán parte de su genuina manera de ser. Pensemos que es una inversión a futuro con riesgo cero. De ahora en más… ¡sólo palabras de amor para nuestros hijos! Gritemos al viento que los amamos hasta el cielo. Y más alto aún. Y más y más. "
Laura Gutman (Mujeres visibles, madres invisibles)


ENTREVISTA AL PEDIATRA CARLOS GONZÁLEZ

"El fin de la lactancia debe ser cuando madre e hijo quieran" dice Carlos González, pediatra y escritor (autor del libro "Bésame mucho" entre otros). Les recomiendo que lean esta entrevista que habla del amamantamiento y el colecho. Imperdible!!

El fin de la lactancia debe ser cuando madre e hijo quieran, según experto
Carlos González saca hoy a la venta 'Entre tu pediatra y tú' (temas'de hoy), una recopilación de preguntas y respuestas sobre los temas que más preocupan a los padres
La leche materna está compuesta por diversos componentes nutricionales que ayudan al buen desarrollo del bebé, por este motivo, en los últimos años, expertos como el pediatra Carlos González, defienden que "el fin de la lactancia debe ser cuando madre e hijo quieran", siempre teniendo en cuenta que, "por mucho que el niño quiera, si la madre ya no puede, habitualmente gana el adulto".
Esta cuestión es una de las dudas más comunes entre las madres que apuestan por la lactancia materna, aunque no es la única como se puede observar en el libro 'Entre tu pediatra y tú', que hoy sale a la venta, y que expone una recopilación de preguntas y respuestas publicadas desde 1996 en la revista 'Ser Padres' sobre las preocupaciones cotidianas de los padres. Así, su objetivo es resolver o aclarar las dudas que cada día asaltan sobre la salud, el crecimiento, la alimentación --sobre todo la lactancia-- y el desarrollo de los hijos.
"Normalmente lo que se publica es un resumen muy resumido, cuando en realidad muchas preguntas ocupan varias páginas y las respuestas también. Pensábamos que era interesante para muchas madres, y digo madres porque el 99 por ciento lo son, ver cómo otras madres explican sus mismos problemas y darse cuenta de que a veces lo que parece un gran problema es una cosa bastante común y que hacen muchísimos niños", explica este experto en una entrevista a Europa Press.
González aclara todas las preocupaciones con rigor, claridad y con un toque de humor ya que "puede ayudar a la gente a desdramatizar la situación", además de asegurar que "es increíble ver que facilidad la gente se espanta y piensa que son problemas que van a durar toda la vida". Por este motivo, y con el objetivo de dar una visión simple del problema, se pone en la piel del niño y pide a los padres que hagan lo mismo.
"No es que yo este diciendo que es sencillo y que tengo la solución, sino que es sencillo porque como no tiene solución no hay que darle más vueltas. Si el niño no come no digo lo que se tiene que hacer, si no duerme no digo lo que tiene que hacer para que duerma, yo lo que digo es que si el niño no come, si su peso está normal y el niño está sano, es que no tiene que comer más. El niño no duerme, pues al niño no le pasa nada, es lo normal, es comprensible, es un problema para los padres que tampoco pueden dormir, pero si quieren que duerma el objetivo no es que duerma el niño sino los padres", indicó.
Durante gran parte del libro se puede observar la importancia que el autor da a la lactancia que, en su opinión, "es una parte importante de la vida de los niños y de la vida de las madres". En este sentido, reconoce que puede ser criticado por su afán de promover este habito, pero cree que "las madres que desean dar el biberón no necesitan más ayuda de la que ya están consiguiendo; no hablo del biberón porque no hay nadie que quiera dar el biberón y no lo consiga".
Por este motivo, dar el pecho esta dentro del resto de sus libros ya publicados: 'Bésame Mucho: cómo criar a tus hijos con amor', 'Mi niño no me come', 'Un regalo para toda la vida', y 'Comer, amar y mamar' fundamentalmente porque "se trata de que aquellas madres que desean dar el pecho tengan toda la ayuda necesaria para conseguirlo, de modo que puedan disfrutar de la experiencia y sin dolor".
"Ni la lactancia es sólo alimentación, ni la madre es sólo lactancia. El niño necesita muchas cosas de la madre, no solamente que le den de comer, y en el hecho de darle de mamar le está dando muchas cosas además de darle leche", asegura.
"LOS PADRES DEBEN TOMAR LAS DECISIONES"
Otro de los temas tratados con más frecuencias es el sueño del bebé y del niño. En este caso, se muestra contrario a poner en práctica el método desarrollado por el doctor Eduard Estivill, que se basa en una serie de tiempo en los que se debe dejar al niño llorar. Al respecto, confirma su eficacia pero lamenta que los padres lo pongan en práctica. "Lo que más molesta es que se haya presentado a los padres que si no lo haces, el niño va a tener problema de sueño, cuando eso no es cierto. El niño no va a atener problema de sueño", explica.
A su juicio, cuando se publicó este método creó dudas en aquellos padres, que hasta el momento dormían con el niño en la misma habitación. "Me preocupo hace años, cuando salió y se le dio tanta difusión que me encontraba a padres que no deseaban poner al niño en otra habitación, que estaban contentos durmiendo con su hijo en la cama, pero que al leer ese libro empezaban a preocuparse, sin darse cuenta de que al niño no le iba a pasar nada estando con ellos", recuerda.
No obstante, afirma que su intención en ningún caso es decir cómo deben de dormir los niños, sino explicar a los padres porque los niños hacen los que hacen, dejando claro que no se trata de bebes malcriados, caprichosos, etc. "Eso son mitos, el niño tiene una conducta normal de ser humano y de muchos otros animales, están diseñados para no separarse para nada de sus cuidadores, sobre todo de su madre, y cuando se separan de su madre les entra angustia y no paran de llorar hasta que vuelve", advierte.
Asimismo, se niega a pensar que los niños fingen y coaccionan a los padres. En su opinión, "cuando un niño te dice que quiere brazos y quiere brazos; se siente mal y se pone a llorar, no es que este fingiendo, es que quiere llorar; los adultos si que somos capaces del chantaje emocional, es decir de fingir emociones para conseguir un resultado".
La educación en general preocupa a los padres con hijos de todas las edades, en este sentido el fundador y presidente de la Asociación catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM), deja claro que "los padres deben tomar las decisiones", por este motivo tres son multitud y los padres no deben dejarse influir por opiniones externas.
"El niño puede pedir una cosa y está en nosotros decidir si se le puede dar o no, no pasa nada, lo que no es bueno es que los padres tengan presiones no autorizadas, el niño tiene derecho a pedir lo que le conviene, los padres por su parte tiene derecho a pedir lo que les conviene a ellos, cuando entre dos personas hay un conflicto se negocia y se llega más o menos a un arreglo", indica.
"Cada cual tiene que buscar la estrategia que les vaya mejor, entonces lo importante es que los padres se den cuenta de que son ellos los que tienen derecho a decidir lo que les va mejor. Lo triste es que meta baza un tercero que no tiene nada que ver", concluye.